En el puerto de Almería, al final de su rambla, destaca poderosamente una enorme construcción metálica, similar a un puente, que llega hasta el mar. Pregunto intrigado y me explican que se trata del llamado Cable Inglés, un muelle en desuso que servía para la carga del mineral de hierro traido desde las minas de Alquife. Los trenes descargaban el mineral por gravedad a unos grandes depósitos inferiores y luego se repetía la operación desde estos a los buques de carga, con gran ahorro de tiempo con respecto a otros métodos. La empresa minera tenía su sede en Glasgow y de ahí el sobrenombre de Cable Inglés (aunque supongo que a los escoceses les haría poca gracia ser confundidos con ingleses...).
Una vez que este muelle dejó de cumplir su función, hubo varios intentos de desmantelamiento, frustrados por su alto coste. Con el tiempo ha progresado otro punto de vista conservacionista que considera a este exponente de la ingeniería del hierro, al estilo de Eiffel, un magnífico vestigio de arqueología industrial. Hay proyectos para su mantenimiento (hay problemas de oxidación y contaminación) y puesta en uso como equipamiento turístico.
De momento, he admirado el entrelazado de vigas remachadas e imaginado la que pudo ser la actividad febril sobre él en plena revolución industrial.
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